Desde AESSIA (Asociación de entidades del sistema de la seguridad industrial) creen que la reforma, aunque se tarde más tiempo en recuperar el dinero invertido, puede ser una ayuda a largo plazo. «A lo mejor en cuatro años no resulta, pero sí en seis», señala Luis Angel Carbó, ingeniero y gerente de la organización. Estos sistemas permiten poner «repartidores de costes», pequeños contadores que se colocan en cada radiador de cada habitación «para que cuando ese aparato se da cuenta de que está encendido, empiece a contar», explica de forma sencilla. Con ello, «cada vecino pagaría por lo que estaría consumiendo», señala, porque ahora «estamos tirando la calefacción en estos edificios en algunas zonas», lamenta.
Sin embargo, reconoce que hay casos en los que el coste de remodelar toda la instalación sería demasiado costoso porque se trata de un edificio antiguo. «No en todos los edificios se pueden hacer porque hay temas técnicos que harían cambiar todo», afirma.
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