Medir el consumo y el coste es indispensable para controlar y mejorar la eficiencia energética, tanto en edificios de viviendas como en locales comerciales e industrias. En las instalaciones en viviendas antiguas, centralizadas, medir el consumo se complica enormemente. Por ello se instalan los repartidores de costes de calefacción.
Quizás te preguntes qué es un repartidor de costes de calefacción y cómo podría ayudarte a tener el control sobre el gasto y el consumo energético en tu instalación.
También denominados medidores de consumo, los repartidores de costes permiten medir y distribuir los costes de distintos servicios públicos, como la calefacción. Estos dispositivos miden el consumo energético individual y del conjunto de usuarios del edificio, y le asignan unos costes proporcionales al total de energía utilizada en cada unidad.
Un repartidor de costes está conectado a un sistema de gestión centralizado que permite el análisis de los datos de consumo y ayuda a optimizar la eficiencia de costes. Ya que con los repartidores puedes evaluar qué unidades de calefacción están generando un mayor gastos, un propietario de una instalación puede tomar medidas para pagar menos en la factura de la calefacción.
Cómo funciona un repartidor de costes de calefacción
El funcionamiento de los repartidores de costes de calefacción se basa en un conjunto de sensores que se instalan en cada radiador de un edificio y miden la temperatura que desprenden. Un sensor mide la temperatura del radiador y otro sensor mide la temperatura ambiente.
Los repartidores de costes miden el consumo analizando la diferencia entre la temperatura ambiente y la superficie del radiador. La diferencia entre las dos temperaturas muestra cuánta energía se está empleando para calentar dicho espacio.
Cuando la diferencia entre la temperatura ambiente y la temperatura de la unidad de calefacción supera los 4º C, el repartidor de costes empezará a medir los consumos. Además hay unas temperaturas tope que se tienen en cuenta para este cálculo, que son de 40º C en verano y 29º C. en invierno. Los datos de consumo se almacenan en el repartidor de costes y se leen de forma remota a través de una unidad de recolección de datos que se ha instalado previamente en el edificio.
El repartidor permite calcular el coste de la calefacción en cada unidad, según el consumo individual registrado. El coste total se divide entre los usuarios, empleando la información de los repartidores de coste de calefacción instalados, y finalmente cada usuario recibirá una factura que refleje su consumo y coste individual de la calefacción.
Modelos de repartidores de costes
Existen diferentes tipos de repartidores de costes de calefacción según su función:
- Repartidores de costes de calor: son los dispositivos que se instalan directamente en los radiadores. La información que obtienen permite calcular el consumo individual de cada unidad.
- Contadores de calor: miden el consumo de energía, y están enfocados únicamente en el cálculo de la cantidad de energía que se utiliza para calentar la unidad, sin tener en cuenta la diferencia entre la temperatura ambiente y el radiador.
- Repartidor de costes inalámbricos: funcionan con tecnología de radiofrecuencia, no requieren de cables para transmitir los datos. Envían los datos al dispositivo de recolección de datos central de manera mucho más sencilla, reduciendo los costes de instalación y mantenimiento.
- Repartidor de costes de calefacción combinado: combina la medición del consumo de calefacción y la de agua caliente.

Instalación de repartidores de costes de calefacción
Existen varias razones por las que vale la pena instalar repartidores de costes en edificios. Una de ellas es sin duda el ahorro energético. Los inquilinos podrán así controlar el consumo de energía y ajustar su comportamiento para disminuir los costes energéticos. Además podrán ver la cantidad de energía real que están consumiendo.
El contador de calefacción promueve también el reparto equitativo de los costes, de forma que cada hogar pague sólo por la calefacción que utiliza, lo que ayuda a evitar que los vecinos paguen más cuando uno de los hogares haga un consumo excesivo. La obligación del cumplimiento legislativo es sin duda otro motivo para llevar a cabo este tipo de instalación.
Normativa de repartidores de costes
Hay diferentes normativas orientadas al fomento de la eficiencia energética y la instalación de contadores de calefacción. Entre ellas hay que mencionar la Directiva 2012/27/UE, que establece la necesidad de que los estados miembros promuevan la “instalación de contadores de calefacción y agua caliente sanitaria en edificios existentes”.
Por otra parte, en España, de acuerdo con la Ley 18/2020, se establece la obligación de instalar contadores de costes de calefacción en todos los edificios que tengan calefacción central.
Subvenciones repartidores de costes
Existen ayudas públicas para la eficiencia energética y la sostenibilidad en las viviendas que pueden ayudar a los propietarios de edificios a llevar a cabo la instalación de los medidores y contadores de costes de calefacción.
En esta línea, no existen barreras económicas si un edificio necesita ajustarse a la legislación, siempre que se cumplan algunos requisitos, ya que las subvenciones pueden ayudar a cubrir los costes iniciales.
Repartidores de costes de calefacción y rentabilidad económica
En un proyecto de eficiencia energética hay que tener en cuenta los costes iniciales para la instalación de los repartidores de costes. Sin embargo, hay que considerar también el ahorro en la factura de calefacción a largo plazo, y la manera en la que puede hacer más rentable económicamente la vivienda o edificio.
Tanto si hablamos de una vivienda como de un edificio de uso comercial o industrial, la reducción del consumo puede suponer un importante ahorro en la factura de la calefacción, mejorar el confort térmico y ayudar a aumentar la competitividad de las empresas.
Repartidores de costes de calefacción y válvulas termostáticas
Si los repartidores de costes están enfocados a medir la cantidad de calor que emite cada unidad de calefacción, las válvulas termostáticas permiten controlar la temperatura de cada estancia.
Su función es regular la cantidad de agua caliente que fluye a través del radiador y regular la cantidad de calor emitido por cada radiador. Esto permite así ajustar la temperatura a las necesidades de cada espacio. Los repartidores de costes se pueden y deben combinar con las válvulas termostáticas para un mayor ahorro energético.
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